El cuarto misterio y efecto paraanormal nos lleva hasta un local enigmático que se ubica siempre a nuestro alrededor, muy cerca nuestro, adaptado a nuestras vidas diarias, mostrándose en plena luz del día, de presencia fuerte y marcada,... Esos locales de ultramundo que se nos muestran a nuestros ojos como: gimnasios.
¿Porqué todos nos apuntamos, tarde o temprano, a un gimnasio, y pasado el tiempo seguimos abonados a él sin ni siquiera hacer acto de presencia en sus instalaciones?¿Que extraño poder nos mantiene conectados a él?
Hay una atracción fatal que nos seduce, nos embauca, nos manipula, y sin apenas darnos cuenta nos secuestra la voluntad, nos retiene a fuerza de músculo y sudor, pasando a formar parte de un gimnasio sectario y cautivo.
Da igual las veces que alguien; un familiar, un amigo cercano o incluso un desconocido, nos alerte de sus malas artes y su magia hipnotizante. Nada se puede hacer, no podemos huir de nuestro destino, y es que.. ¿quién, en algún momento de su vida, no ha estado enganchado a un gimnasio?
Muy pocos son los especiales, y esos sujetos todavía no saben que, son especiales hoy, porque mañana serán los nuevos elegidos.
Muy pocos son los especiales, y esos sujetos todavía no saben que, son especiales hoy, porque mañana serán los nuevos elegidos.
Se conocen individuos que han aguantado más de 3 meses en sus redes, pero a duras penas han podido salir de sus garras para contarlo. Una esclavitud que empieza con gran interés y marca una carrera de esfuerzos y sobrepesos llenos de sudor y lágrimas.
Aunque verdaderamente, las víctimas no saben que forman parte de una atracción sobrenatural, hasta que llega el momento en que deciden liberarse de tal efecto. Es entonces cuando llegan los momentos del verdadero sudor y de constante lucha maratoniana. No es fácil desprenderse de, primero, el efecto absorvente que influye en nuestra persona, y segundo, el ente guardián, a menudo denominado recepcionista o captor de almas en pena, quién no dudará en poner las cosas difíciles y todo lo que esté a su merced para declinar y anular nuestra voluntad.
Si has conseguido librarte de su poder antinatural y empiezas a recobrar la normalidad en tu vida cotidiana... Enhorabuena! La cosa podría haber acabado bastante más mal....

3 comentarios:
He caído, sí... he caído otra vez.. me he apuntado. Ponle veintemil excusas...la mía, és porquè quiero parar de ser alguien a quien le suenan los huesos cada vez que camina por la calle... Tanto tiempo sentados frente al trabajo, no puede ser bueno.
Total, a ver si esta vez, paro de limitarme a pagar las instalaciones del centro de "fitness" y me dedico a ir almenos unos cuantos días a la semana. (aunque sea al yacuzzi!) ejejej
POr cierto, de dónde has sacado esta foto mía con el vestido blanco? es que hoy ha sido mi primer día y ya me he puesto cachillas, jajajja.
Simón dice:
donde dice dijo..., digo dice...
Jajaja, esta bueno eso de los gimnasios. Yo he pasado por varios con sus respectivas curas de desintoxicación al dejarlos...es verdad que enganchan.
Y lo de estar pagando sin ir, debe ser algún tipo de técnica de control mental, que, de alguna manera, los gimnasios subliminalmente introducen en nuestros pensamientos para incrementar sus beneficios sin costo alguno.
Siempre me ha sorprendido el que haya tanta gente que pague el gimnasio y no vaya... Por eso yo opté por montarme un minigimnasio en casa... Así no tengo ese remordimiento...jeje
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